miércoles, 11 de abril de 2012

Mi verdadero "currículum"

Hoy, buscando material para mis nuevas clases, he acabado tratando de ordenar mis apuntes y carpetas; y digo "tratando" porque, debido a la cantidad que tengo, resulta toda una hazaña...

Ha sido entonces cuando, sin saber muy bien cómo, he encontrado mi currículum. 

No tiene fechas, ni títulos, ni experiencia, ni cursos. No. Se compone de 12 años de recuerdos; de cartas de mis alumnos en las que me felicitan por mi trabajo, de regalos hechos por ellos mismos con cartulinas y rotuladores de colores; de mensajes en los que me agradecen haberles ayudado en esos momentos complicados que tiene la adolescencia, de sonrisas, de aplausos, de fotos; de saludos sinceramente afectuosos después de nueve años sin verme. Se compone de notas pidiendo disculpas por un mal comportamiento; de un "no te vayas", de un "te echaremos de menos"; de una invitación a su graduación, de una petición de ayuda...

Ese es mi currículum.

Por eso, lo llevaré conmigo a la próxima entrevista de trabajo; llevaré aquella carta de Arancha, escrita con tinta rosa, en la que decía que "le había enseñado que la literatura movía el mundo", llevaré la notita de Pablo del día de los enamorados, preocupado por si no tenía a nadie con quien celebrarlo; llevaré la sonrisa de Luis, las disculpas de Belén, los reencuentros con Adrián y Lidia, las lágrimas de Susana, la amistad de Estíbaliz... Llevaré la mirada de Maria y el apoyo de Sara. Y de Gloria. Y de tantos otros...

Y probablemente no me den el puesto, pero, al menos, les habré mostrado cuál es realmente mi trabajo. 

3 comentarios:

  1. Hermoso currículo, querida Eli, escrito en un pedacito de tu corazón, con esa clase de tinta, indeleble, con la que se escriben las cosas que no pueden ser borradas.
    ¿Qué más da, que ese increíble sentimiento que albergas, no sea objeto de ser escrito y descrito en un papel, para uso profesional?
    ¿Qué más da? si nadie podrá quitártelo jamás.
    Cuántos quisieran para si mismos lo que tu posees...
    Tus emociones y sentimientos, al escribir, como la de un niño que pierde su juguete favorito y, finalmente, lo encuentra, trae a mi memoria todas aquellas tardes en las cuales debatíamos sobre la educación, la enseñanza, el profesor o el maestro.
    Espero que te des cuenta, ahora, de que siempre fuiste guía, aquella que además de enseñar conocimiento, inculcaba Amor en y por lo que hacía.
    Y, eso, querida mía, es, siempre, marcar la diferencia.

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  2. Qué bonito, Elisa. Efectivamente eso no se ve reflejado en los fríos cv que normalemtne nos piden, documentos que dicen poco de nosotros, o solo una parte.

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  3. Cristina, para mí, este es mi verdadero currículum. Es con lo que me quedo y recuerdo de mi trabajo. Lo que pone en el otro, como bien dices, sólo habla de una parte muy concreta de mí. Me alegro de que te guste.

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