lunes, 18 de febrero de 2013

Una nueva despedida

De nuevo, me he despedido de la inmensidad del mar con un "hasta pronto". 

De nuevo, ha cumplido todas las expectativas que había depositado en Él. 

Y no es que le pida poco; es más, creo que le solicito más que a cualquier familiar, amante o amigo, pero Él siempre está ahí, dándome serenidad, claridad, fuerza; escuchándome, cubriéndose con mis lágrimas y poniendo su singular melodía a mis risas...

Aunque bien es cierto que grandes maestros de la poesía le han dedicado maravillosos versos, muy a mi pesar, yo no soy poetisa y la verdad es que creo que nunca se me ha dado excesivamente bien escribir poemas; así que la única manera que me queda de agradecerle todo lo que me da en cada uno de nuestros encuentros son mis palabras, mis escritos y los recuerdos que llevo en mi interior. Recuerdos a los que me aferro cuando empiezan a disiparse. Palabras y escritos que me repito a mí misma cuando me embarga la necesidad de ver su magnitud, de oler su aroma, de sentir su brisa y escuchar su música.

Y ahora, alejándome poco a poco de Él, solo puedo desear que todo lo que me ha hecho sentir, toda la fuerza que me ha dado, no se desvanezca rápidamente con el bullicio de la gran ciudad y que, por fin, pueda llegar el día en que cambie ese "hasta pronto", por un simple "ahora vuelvo".

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