martes, 13 de marzo de 2012

Cosas de la vida...


Qué curiosa es la vida. Después de varios años planteándome crear un blog de lengua y literatura para mis alumnos de secundaria, en el que pudiera participar, enviar sus escritos, etc., me veo, a día 13 de marzo, comenzando uno de “enseñanza afectiva”…

Y no es que sepa mucho de ello – al menos no todavía - pero la realidad es que, cuando menos te lo esperas, o cuando, realmente y sin saberlo, estás preparado para ello, aparece en tu vida un nuevo horizonte; un nuevo futuro al que ansías dirigirte con toda la ilusión y fuerza que posees. Y este es el mío.

Me llamo Elisa. Soy licenciada en filología hispánica. Pero eso es lo de menos… Hace más de once años, comencé a dedicarme a la enseñanza en secundaria. Cuando le dices esto a alguien, siempre hace el típico comentario: “¡qué horror!, y, ¡¿cómo se te ocurrió con lo difíciles que son los adolescentes?!”; pues bien, se me ocurrió porque quería sentirme útil. Porque necesitaba ayudar y creía que esta era una bonita manera de hacerlo. Y no me equivoqué. No voy a negar que la enseñanza a esos niveles es dura- sería una locura por mi parte-, pero también es altamente gratificante y, sin lugar a dudas y, al menos desde mi punto de vista y experiencia personal, merece la pena vivirlo. Aun así, el aula se me fue quedando estrecha; siempre encontraba temas para tratar con mis estudiantes que consideraba mucho más útiles para su vida que el saber o no analizar una oración subordinada o quién fue Vicente Huidobro - ¡ojo, y no digo que esto no sea importante!-, pero nunca había tiempo; siempre había que cumplir un temario, una programación, siempre con el miedo de cuando llegase la inspección y revisase tu agenda…; pero, ¿y dónde quedaba esa educación emocional tan importante para los adolescentes y, en general, para cualquier ser humano? Desde luego, ¡a mí sólo me daba tiempo por los pasillos y en el recreo!

Hasta aquí, sólo una reflexión habitual que ya habrán hecho otros docentes como yo a lo largo de cientos de años… Sin embargo, en septiembre del pasado año, mi situación laboral cambió; me encontré sin trabajo y, ante la necesidad de “hacer algo” y con pocas perspectivas en este país, decidí matricularme en un master de formación de profesores de Español como Lengua Extranjera. Aunque no fue una decisión tomada a la ligera, es cierto que no era algo que me hiciera ilusión… ¡Si hubiese sabido que exactamente eso sería lo que iba a cambiar mi manera de ver las cosas, mi modo de “vivir”…!

En fin, allí conocí al, para mí, “gran” Luis Dorrego que me introdujo en todo este mundo de las emociones, de la inteligencia emocional (lo siento, Luis) y de la llamada “enseñanza afectiva”. Y aquí estoy, tratando de formarme, imbuida en un mundo apasionante de sensaciones, miedos y autoconocimiento y comenzando un camino que, como muchos dicen “no tiene vuelta atrás” pero que, estoy segura, merece la pena continuar.

Un camino que me gustaría poder compartir con vosotros.

Un abrazo afectivo a todos,

Elisa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario