Sólo sé escribir desde el corazón. Y es cierto que, a veces, eso no es demasiado bueno; al menos, no en los días como hoy en los que se siente desanimado y abatido. No en esos momentos en los que duda de conseguir lo que realmente quiere y piensa, incluso, en tirar la toalla.
Sin saber muy bien por qué - creo que más bien es cosa de mi querido amigo el subconsciente -, no deja de venirme a la cabeza el eslogan de una famosa campaña publicitaria de hace ya unos años que decía: "¡Adelante!" Y lo repito una y otra vez; "adelante. Adelante. Tú puedes."
Siguiendo también los principios básicos de la Programación Neuro Lingüística, desde hace ya meses, he ido eliminando de mi vocabulario esos "tengo que" y transformándolos en "quiero" o, incluso, en "voy a"; procuro evitar los "no", los "siempre" y los "nunca" y sé que ese cambio en mi propio lenguaje está modificando mi forma de actuar y mis pensamientos. Lo sé. De hecho, no tengo la menor duda. Del mismo modo, también tengo claro que mi lenguaje corporal, mi Comunicación No Verbal, ayuda a ese proceso de transformación; conozco cómo he de andar para sentirme un poquito más segura, sé qué he de hacer para que me resulte más fácil acercarme a otro... Pero también sé que este es un camino largo y, que, en días como hoy, mi corazón no quiere levantarse. Tal vez sólo tenga que tomarse su tiempo...
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